le levantan las piernas a la jovencita culona y se la meten completa

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La jovencita culona, con sus curvas generosas y una confianza que desborda sensualidad, se encuentra en la habitación con su pareja, dispuesta a darle un espectáculo inolvidable. Con una sonrisa pícara, se acuesta en la cama, sus piernas ligeramente abiertas, invitando a la tentación. Su pareja, con los ojos llenos de deseo, se posiciona entre sus piernas, listo para darle placer.

Con movimientos lentos y deliberados, le levanta las piernas, colocándolas sobre sus hombros, exponiendo completamente su sexo húmedo y ansioso. La vista es tentadora, y él no puede esperar más. Con una lubricación suave, comienza a penetrarla lentamente, su pene duro y listo. Ella gime suavemente, sus caderas moviéndose ligeramente para acomodarse a la intrusión.

«Así, así, no pares,» susurra, animándolo a continuar. «Quiero sentirte completamente dentro de mí.» Él sigue sus instrucciones, moviéndose con una lentitud exquisita, permitiendo que su cuerpo se adapte a la sensación. Con cada embestida, ella gime más fuerte, sus manos agarrando las sábanas, perdida en el placer.

La conexión entre ellos es intensa, cada movimiento sincronizado con sus deseos más profundos. Él agarra sus caderas con fuerza, sus dedos clavándose en su piel, mientras se mueve más rápido, llevándolos a ambos al borde del éxtasis. Ella se mueve contra él, sus caderas girando y meciéndose, pidiendo más.

«Más profundo,» le pide, su voz llena de lujuria. «Quiero sentir cada centímetro de ti dentro de mí.» Él obedece, sus embestidas se vuelven más poderosas y profundas, el sonido de sus cuerpos chocando llenando la habitación. El placer es intenso, y ambos se dejan llevar, sus gemidos y jadeos llenando el aire, un sinfín de palabras sucias y promesas de éxtasis.

Finalmente, con un último gemido, él se viene dentro de ella, su cuerpo temblando de éxtasis. Ella se queda quieta, sintiendo cómo su semen caliente escurre por sus muslos, una mezcla de placer y satisfacción en su rostro. «Fue increíble,» susurra, mirando a su pareja con gratitud y amor, sabiendo que juntos han explorado un nuevo nivel de intimidad y placer.

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